A dos décadas de su lanzamiento y con nuevas mecánicas y gráficos, el juego Ocarina of Time rebosa de encanto para persistir en el tiempo.
El videojuego de acción-aventura que cuenta con algunos elementos de juegos de rol y lógica, fue desarrollado en 1998 por la filial Nintendo EAD y publicado por Nintendo para la consola Nintendo 64. Ocarina of Time es el quinto lanzamiento de la franquicia The Legend of Zelda y se convirtió en el primero de la serie en hacer uso de gráficos 3D. En el 2011 se lanzó un remake para la portátil nintendo 3DS, una consola ideal para quienes crecimos sin consolas de Nintendo.
¿De qué trata? La historia comienza con Link, un niño que vive en el Bosque Kokiri, que es marginado por ser el único en no tener hada. Todos los niños de este pueblo tenían una, otorgada por el guardián del bosque para su guía y protección. La vida de Link da un giro por completo cuando el árbol Deku, sabiendo el peligro que correría luego, manda a un hada llamada Navi para guiarlo en una aventura en la que él, por primera vez, es protagonista. Pero lo que el niño no se imagina, es que ésta aventura lo llevará a más allá del bosque, a enfrentarse con distintas criaturas e incluso romper las barreras del tiempo.
Su lanzamiento fue un antes y un después, revolucionó a la industria, marcó sus bases y pasó a ser un ícono para la historia de los videojuegos. Precursor no sólo por la novedad de los gráficos 3D, si no también por la posibilidad de fijar la cámara en algún objetivo determinado y el uso de los botones del controlador en situaciones específicas. Estos rasgos se convirtieron, posteriormente, en la norma de los juegos tridimensionales de aventura. El desarrollo del videojuego involucró a más de 150 personas, incluído un actor al cual utilizaron para capturar los movimientos y las maniobras con la espada de Link. Por otro lado es el primer título que presenta la creación de música como parte de su sistema de juego que no pertenece al género de bailes y que obtuvo la mayor cantidad de preventas de la historia.
La banda sonora resulta magicamente envolvente, con una intro del juego nostálgica que nos recuerda la niñez como también al videojuego Super Mario Bros 3, y a la vez nos anticipa en pocos minutos el tono del camino que recorreremos solos, con Navi o junto a Epona nuestra yegua, sin revelar la historia. Una misteriosa ocarina es el elemento central del juego y que estará presente guiándonos a través del tiempo y a lo largo de esta aventura épica. Son 12 canciones, las cuales las iremos aprendiendo en distintas circunstancias y las usaremos para descifrar varios y diferentes acertijos como también para teletransportarnos a lugares previamente visitados. Las melodías resultan tan pegadizas y atmosféricas que estarás todo el tiempo tarareandolas y aseguro que no las olvidarás jamás. Sumergen totalmente al jugador dentro del mundo ficticio del juego dándole a la música un papel activo.
Un dato interesante es que la popularidad del videojuego incrementó la venta de ocarinas reales, que bonita forma de conocer un instrumento comúnmente olvidado. Otra curiosidad es que se puede tocar algunas canciones conocidas (por ejemplo: "Como te voy a olvidar" de los Ángeles Azules).
La exploración es otro rasgo que se goza de forma natural, donde no es necesario omitir un viaje para llegar a cierto destino y en esa interacción con el entorno se aprecia mucho más al juego. Al ir encontrando Skulltulas, piezas de corazón o tesoros ocultos, la historia es llevada de forma muy atrapante y envolvente con varios momentos épicos, algunos giros y revelaciones de los personajes. Aunque no es relativamente compleja, no se vuelve repetitiva. Somos partícipes del crecimiento y de la maduración de Link desde un niño marginado y sin experiencia hasta un Link adulto y el mismísimo héroe de la historia.
Si te gusta que un juego te haga pensar en cómo resolver diferentes acertijos y atravesar complejas mazmorras sin ayuda, este juego es para vos. Es importante ser sumamente detallista en observar el entorno para orientarte y así resolver las cosas por uno mismo y sin guía. Un desafío que vale la pena hacer porque la sensanción de victoria a resolverlo y su recompensa es totalmente satisfactoria. Los sonidos profundizan esta experiencia volviéndote cada vez más parte. Adoptas el papel de Link, se siente la tanto la pasión que sentís que los estás salvando, que vos sos héroe de Hyrule pero el mayor obsequio para este héroe no es el haber restablecido la paz o el haber derrotado a Ganon, el obsequio más preciado es el de volver a vivir su infancia.
Las mayores distinciones para destacar entre el remake 3D y la versión original son gráficas y mecánicas ya que la historia es la misma, sólo que en la remasterización se puede aprovechar del efecto tridimensional sin gafas, de una mejora de texturas y rostros con colores más vivos y nítidos. La jugabilidad es muy parecida pero fueron añadidas algunas modificaciones en los puzzles para hacerlos más llevaderos, ya que en Nintendo 64 resultaban dificultoso y el uso del giroscopio hizo que los combates resulten más fluidos. El uso de la pantalla táctil fue otra nueva característica, haciendo más amena la experiencia. Estas mejoras fueron muy aclamadas por los críticos y Ocarina of time 3D recibió puntajes perfectos de más de 20 publicaciones.
Su trascendencia continúa y su influencia permanece en la memoria y vida de millones de usuarios, tanto viejos como nuevos, por su forma de envejecer tan bien e inspirarnos. En el 2019 resulta totalmente entretenido, sin importar que hayan salido y sigan saliendo títulos muy extraordinarios. El propio mundo de Ocarina tiene gran personalidad y, aún teniendo un mapa no muy amplio, cada pueblo está bien distinguido, con culturas propias y personajes queribles muy vivaces.
Para terminar, Ocarina of Time es una obra maestra atemporal que merece ser reconocida no solo por lo que fue, si no porque sigue tocando los corazones de millones de usuarios. Es más que un videojuego, es arte puro que funciona de una forma exquisita en su conjunto. ¿Estás preparado para ser un héroe?
Por Jacqueline Paredes