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Foto del escritorSantiago López

Chaco arde: dos mujeres, un camino

If you're lost, you can look and you will find me

Time after time

If you fall, I will catch you, I will be waiting

Time after time


Cindy Lauper - Time after time


En In a Queer Time and Place, el teórico estadounidense J. Jack Halberstam plantea la existencia de un espacio y tiempo queer, en oposición directa a las nociones de institución familiar, heterosexualidad y reproducción, por un lado, y en correlación a la existencia de lógicas alternativas de ubicación, movimiento e identificación, por el otro. Si aceptamos esto, argumenta, podremos entender entonces porqué el estilo de vida queer es en realidad amenazante no como práctica sexual, sino como estilo de vida.


Chaco Arde, la obra dirigida por Gonzalo Quintana estrenada el primer sábado de noviembre en el Método Kairós, encuentra a dos mujeres en el umbral de comprender esto; inseparables desde el secundario, Sandy y Ale (Micaela Fariña y Belén Amada, respectivamente), se encuentran emocionalmente atrapadas en la intensidad de sus respectivas experiencias en su viaje de estudio a Bariloche. En este estado, conciben un plan de venganza contra sus ex-compañeros que las llevará a hacer el camino de Buenos Aires a Chaco durante la última semana del año, en un auto sin aire acondicionado y cargando en un bolso sólo los vestidos que usaron en la fiesta de egresados de su colegio. Y un arma, por las dudas.



La dramaturgia de Amada, Fariña y Quintana de alguna manera también toma ventaja del uso de un tiempo fracturado en la narración, la que empieza in media res y desde allí va y vuelve entre monólogos, canciones y un diálogo que por momentos recuerda, tanto por la dicción de los personajes como por su contenido, a las novelas melodramáticas mexicanas de los ‘80 y ‘90. La música también remite al tiempo de la adolescencia, y su interpretación, por parte de Fariña y en una particular expresión de nostalgia, sólo es acompañada por una guitarra, a media luz, como queriendo volver al espacio del fogón en la playa el último día del viaje.


El escenario -aunque limitado como es el de la sala 2 del Kairós-, otorga el espacio justo para el juego que plantea la historia: el costado de la ruta, un casamiento, personajes que jamás son vistos ni oídos pueblan los bordes de la acción con naturalidad y exactitud en su entrada y salida de la imaginación del espectador. También en parte gracias a un diseño de luces y escenografía en el cual el primero llena los espacios que el segundo deja abiertos para la circulación de las actrices.


La utilización del recurso de una temporalidad doblemente alterada, a nivel temático y narrativo, convive en Chaco Arde para crear una historia que, entre los extremos de la comedia y el melodrama, nunca pierde de vista su centro: la historia de dos mujeres al límite de encontrar su lugar en el tiempo y el espacio. Y que todo arda.


Viernes, 23hs en Método Kairós (El Salvador 4530, CABA)

Desde el 2 al 29 de noviembre, 2019.



Por Santiago López.

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