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Crímenes de familia: No todo queda en casa

Por Agustín Valdez

Hace ya más de treinta años la socióloga afroestadounidense Kimberle Crenshaw acuñó el concepto de “interseccionalidad” para hacer referencia a cómo la opresión de ciertos grupos sociales marginados se cruzan, se relacionan, más precisamente se “intersectan”. De este modo, la opresión de género por ejemplo, no va a ser vivida de igual manera para las mujeres negras que para las blancas o para las mujeres pobres en comparación a las más acomodadas. En la última película argentina, estrenada en la plataforma de la N, Crímenes de familia, las cuestiones de género y clase se cruzan hasta chocar, generando una historia poderosa y urgente.


Protagonizada por Cecilia Roth y con un elenco de reconocibles estrellas locales, este film cuenta la historia de Alicia, una mujer de la clase alta porteña, de esa que vive en departamentos bien al norte de la ciudad y cuya única preocupación parece ser en dónde se reunirá con sus amigas a tomar el té cada tarde. Sin embargo, no todo es tan calmo como parece en la superficie. Narrados en diferentes líneas temporales que se alternan, dos crímenes sacuden a la familia de Alicia. Desde el comienzo se sabe quiénes son los implicados, la sirvienta cama adentro de la casa por un lado y el hijo mayor por el otro. El misterio para el espectador, que la película satisface aunque lentamente, es saber qué hicieron exactamente. La información se va revelando de a poco, en una trama en la que la violencia machista en todas sus formas y la desigualdad socioeconómica afectan los destinos de los personajes dramáticamente.


Crímenes de familia es una película dura, que retrata una realidad injusta y difícil de digerir. Entra en el terreno de la denuncia, explicitando el sesgo clasista que atraviesa la justicia en la Argentina. Quienes tienen plata acceden a un trato preferencial por sobre los pobres que no tienen más que su propia palabra, sin siquiera la certeza de ser escuchados. Habla también de la violencia hacia las mujeres, sin sutilezas. Y sobre todo, de la importancia de la deconstrucción, ese concepto tan de moda en los últimos años. Alicia, interpretada magistralmente por Roth, sabe que su hijo es un violento, pero aún así lo defiende contra su nuera, a quien no le cree sus denuncias de maltrato. Lo contrario le ocurre en relación a su mucama, de quien sabe es una persona de bien pero decide no defenderla en el crimen que se le imputa.


Pero Alicia va a cuestionarse estas posiciones durante la película, no va a salir indemne de todo este proceso. Hay en ella ecos de otro personaje célebre del cine argentino, la protagonista de La historia oficial, película del año 1985. El personaje interpretado por Norma Aleandro, también llamado Alicia (el guiño de Crímenes de familia parece más que claro) se entera durante la historia que su hija adoptiva es en realidad una niña apropiada ilegalmente. Esto la lleva a cuestionarse todo en lo que creía, su maternidad, su matrimonio, incluso sus privilegios de clase y su mirada sobre lo político. Aquí, de igual modo, la Alicia de Crímenes de familia se enfrenta con dilemas morales que la ponen en la siempre incómoda posición de traicionar aquello en lo que uno cree para hacer lo correcto.


La película parece recordar al espectador constantemente que aquello que parece doméstico, personal, es en realidad algo político. Las cuestiones de género y clase (y también por qué no, las raciales) nos atraviesan constantemente. Los crímenes en cuestión son una forma de poner esto en relieve, de llevar al extremo esas desigualdades cotidianas. El mensaje de la película, vehiculizado por el conflicto interno de la protagonista, parece ser la necesidad de deconstruirse, de cuestionar radicalmente lo que se piensa y siente. Las estructuras elementales del patriarcado y las injusticias sociales se sostienen en parte sobre la base de nuestro accionar cotidiano, de aquello que hacemos y dejamos de hacer. Con misterio y tensión Crímenes de familia logra atrapar al espectador y transmitir un mensaje potente, un poco duro tal vez, pero absolutamente necesario.


Ficha técnica: Crímenes de familia

  • Dirección: Sebastián Schindel

  • Guión: Sebastián Schindel y Pablo Del Teso

  • Protagonistas: Cecilia Roth, Miguel Ángel Solá, Sofía Gala Castiglione, Benjamín Amadeo, Paola Barrientos

  • País: Argentina

  • Año: 2020

  • Género: Drama, drama legal

  • Duración: 99 minutos

  • Distribución: Netflix y CINE.AR Play

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