Por María Belén Giannini
Vilma Piedade en este ensayo no sólo crea un nuevo concepto sino un nuevo punto de partida para el movimiento feminista.
El feminismo atraviesa toda a América Latina, las voces contra la violencia machista y la opresión patriarcal resuenan en todo el territorio. Sin embargo, la conquista de nuevos derechos y la gran participación de personas dentro de estos espacios no impidió el avance de las nuevas derechas en todo el continente. En este contexto, Vilma Piedade, filósofa y activista brasileña, escribe el libro Doloridad en el que expone la necesidad de un Feminismo Dialógico Interseccional que lleve a la transformación de la sociedad que habitamos. Nos relata el nacimiento y desarrollo de un nuevo concepto, fruto de un presente que necesita nuevas herramientas para repensar lo colectivo.
El nacimiento del vocablo doloridad es comprendido no sólo como un hecho lingüístico sino como una palabra que nace entre el movimiento feminista y el dolor. La autora entiende el desarrollo del feminismo como un poder y fuerza que lleva a la transformación. Las mujeres prietas/negras (prieta/prieto es un término utilizado en referencia a las comunidades afrolatinoamericanas) están dentro de los porcentajes más altos de feminicidio, por eso doloridad resuena e irrumpe en lo colectivo. Piedade propone corrernos de la percepción esclavista de los cuerpos prietos como cuerpos resistentes al dolor provocado por el hombre blanco, que los utilizó para la explotación al punto de deshumanizarlos. El dolor existe, debemos tomarlo como potencia de cambio, como propone la autora, y abandonar los discursos utilizados para crear nuevos términos que no estén anclados en el colonialismo. El pueblo prieto siente dolor y en él están las experiencias de vida de las mujeres prietas que tienen un pasado en común, un dolor donde lo colectivo es constante.
Vilma Piedade incursiona en la historia, trae un nuevo poder femenino y pone el foco en la cultura así como también en la religión. Se ancla en la tradición e identificación de los Pueblos Tradicionales de Matices Africanas, en este caso Iorubá, y da cuenta una cosmovisión no eurocéntrica que permite incluir mayores representaciones femeninas así como abarcar cultura, religión e historia que fueron borradas por el racismo: “A través de danzas rituales, las mujeres incorporan la fuerza cósmica creando nuevas posibilidades de cambio y transformación. Y la autora agrega "A través de la danza, el cuerpo es un territorio libre, aunque haya sido marcado a hierro y fuego por la esclavitud y siga siendo marcado todavía por la violencia del Racismo". Partir de allí es liberar a las mujeres del pecado original, es dejar de culpar a Eva de todos los males del mundo como el mito judeo-cristiano señala.
Poner en el mapa feminista la diversidad latinoamericana y sus múltiples representaciones es empezar a preguntarse en cada espacio conquistado cuántas mujeres de tradición no occidental habitan los lugares de poder conquistados. El feminismo interseccional abrirá un nuevo camino para que haya más mujeres prietas en los espacios de poder. Poder plantear qué sucede con el feminismo en nuestro territorio y la necesidad de construir espacios antirracistas son cuestiones hacia las que debe avanzar el movimiento feminista. Identificar la multiplicidad de representaciones femeninas es pensar una nueva cosmovisión del mundo que entiende la circularidad como reconocimiento de uno mismo en el otro, señala Piedade. Hay una identificación y un camino hacia una democracia feminista.
Si la sororidad no alcanza para reflejar la opresión hacia las mujeres prietas, Doloridad pone en escena la problemática de la falta de representación de ellas en los escenarios políticos y académicos. Por lo tanto esa transformación es necesario incluir en el dialogo feminista este nuevo término y establecer nuevas bases en la forma de lucha para partir de un pasado borrado que también es feminista. El uso colectivo del poder le da a cada integrante de un movimiento, tan diverso como fuerte, la posibilidad de que juntas sean potencia de cambio en todo el territorio latinoamericano.
Doloridad llega a Argentina gracias a la traducción de Lucía Tennina y Rafaela Vasconcellos, de la mano de Mandacarú, un proyecto editorial, colectivo, feminista e independiente. Este espacio está autogestionado por mujeres activistas y académicas de Brasil y Argentina con el objetivo, anunciado en su página web, de “intervenir el terreno político y estético, reconociendo las luchas contra las distintas formas de dominación que atraviesan nuestros cuerpos, lenguajes e historias de vidas”.
Ficha técnica-artística: Doloridad
Título original: Dororidade
Autora: Vilma Piedade
País: Brasil
Año: 2021
Género: Ensayo
Páginas: 72
Idioma original: Portugués brasileño
Editorial: Mandacaru Editorial
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