La película, dirigida por Peter Sollet y protagonizada por Julianne Moore y Ellen Page, pone en evidencia la ineficacia del sistema para responder a reclamos de las disidencias.
Una de las características del poder patriarcal es la capacidad de imponer la sexualidad mediante la idealización del amor heterosexual en el arte, la literatura, los medios de comunicación y la publicidad. Las producciones culturales se convierten, entonces, en la vía sutil y masiva para la subsistencia de un sistema heterosexual, un aparato social de producción y reproducción de feminidades y masculinidades.
Pero como todo sistema, explica el filósofo trans Paul Preciado, tiene sus fallas. Toda aproximación imperfecta a esos ideales de lo “real masculino” y “real femenino” es visto como un accidente sistemático. La homosexualidad, bisexualidad, transexualidad y cualquier orientación, género o práctica que se aleje de este sistema, aparece como una “excepción”.
¿Pero qué sucede cuando se pone en juego la lucha por el derecho no sólo a una vida, sino también a una muerte digna? ¿O cuando estas fallas dejan de estar ocultas y toman voz, cuerpo, imagen, y se comienza a rasgar el sistema? Las historias de estos accidentes sistemáticos, de quienes protagonizan las luchas por sus derechos y por los de las minorías, llegan no solo a archivos documentales, sino a representarse en el ámbito artístico y probablemente, el cine sea el mayor difusor de estos relatos.
Freeheld (2015) es una película dramática estadounidense, dirigida por Peter Sollet, basada en el cortometraje documental homónimo. Ambas producciones toman el relato de Laurel Hester, una oficial de policía que luchó contra el cáncer y, en el 2005, contra el condado de Ocean, en New Jersey, para que su pareja del mismo género pudiera recibir los beneficios de pensión luego de su muerte, al igual que sucedía con todas las parejas heterosexuales.
La primera mitad del film se centra en una descripción del lugar y los personajes, característica de la biopic. Laurel, interpretada por Julianne Moore, la policía mujer más exitosa de su condado, conoce a su futura pareja Stacie Andree, en la piel de Ellen Page, con la que vivirá felizmente en una adorable casa, con un adorable perro. Sin embargo, la vida para la pareja no es tan agradable. Legalmente, no pueden casarse, solo registrarse como “parejas domésticas”, y cuando descubren el cáncer en Laurel, le es negada la pensión para Stacie.
En este punto se produce un quiebre en la película, y comienza la segunda parte, donde esta lucha cobra protagonismo, pero los personajes interpretados por Moore y Page se desdibujan. Pese a que, en su juventud, Laurel fue una activista LGBT, aquí se la presenta con una actitud muy pasiva, donde desea evitar confrontamientos, no busca luchar por derechos como el matrimonio igualitario, solo desea igualdad con su pensión. No va a ser ella quien lleve la lucha adelante, sino Steven Goldstein, un activista judío y homosexual, interpretado por Steve Carell, mientras que Dane Wells (Michael Shannon), amigo y compañero de Laurel, se encargará de convencer poco a poco al resto de sus colegas policías.
El ritmo del film se acelera brevemente con la gran actuación de Steve Carell que lleva un mayor dinamismo a la trama y, nuevamente, los hombres toman un papel protagónico y heroico en la historia de otra persona. La lucha con el condado se alarga, pero gracias a la presión social y mediática, salen vencedores.
Así como las protagonistas quedan un poco relegadas, sucede algo similar con la música. Con una banda sonora a cargo de Hans Zimmer, nominado en los Oscar por su trabajo en Dunkerque e Interstellar, entre otras, y con el sencillo “Hands of Love” cantado por Miley Cyrus, no se termina de lograr una total amalgama entre lo visual y lo sonorodo.
A pesar de todo, Freeheld reconoce, en un gesto meta, que quien salva el día es un hombre blanco cis-heterosexual, y queda así asentada la imposibilidad de triunfar que hubiesen tenido esas mujeres, en ese momento, sin la ayuda de un sector privilegiado. Se ve, una vez más, una de las tantas historias que llevamos día a día los "accidentes sistemáticos". Su expone, una vez más, más como opera el sistema y sus verdaderas fallas. Pero sobre todo, al dar a conocer este relato, permite pensar a esas mujeres, por primera vez, como protagonistas de sus propias historias.
Podes verla el domingo 29 de septiembre a las 22hs. por Film&Arts.
Por Caterina Niello
Comments