Por Oriana Lucía Marinig
Una mujer fantástica es un largometraje chileno dirigido por Sebastián Lelio que tuvo el honor de ganar el Oscar a Mejor Película Extranjera en en el año 2018. Es una obra necesaria que pone sobre la mesa la realidad discriminatoria que incluso hoy en día sufren las personas trans a nivel mundial pero más puntualmente, como muestra la película, en los países latinoamericanos.
Marina, la protagonista del film interpretada por Daniela Vega, es una mujer blanca, heterosexual, de clase media y con un cuerpo que puede ser considerado dentro de la norma impuesta por las demandas hegemónicas actuales. La única diferencia con una película de drama romántico promedio es que ella es transexual. En cierto punto es refrescante ver la imagen de una mujer trans no estereotipada, que lleva una vida como cualquier otra, insertada en el cine latinoamericano con tanta simpleza mientras que a su vez muestra una historia desgarradora como la que se desarrolla.
Por el contrario a lo habitual, la historia comienza centrada en un amor sincero y merecido pero con un lamentable final trágico que desata el conflicto en el cual se desarrolla la trama, la transfobia del mundo que rodeaba a la pareja de la protagonista. Entorno que ni siquiera la dejaba estar presente en un velatorio. Eso la hace luchar, convertirse en una mujer más fuerte de lo que era y tomar lo que le pertenece: el mínimo respeto de ser tratada como una persona, incluso por la gente a la que su existencia no le parece algo correcto.
Es interesante remarcar que el conflicto que articula la película no es la clásica idea del amor como algo difícil de obtener y que, sobretodo en situaciones que lamentablemente todavía son consideradas extraordinarias para mucha gente, éste debe ser sufrido; algo que está establecido en una gran mayoría historias de romance. La idea implícita de que las personas no hegemónicas van a tener un camino más difícil, como si no fueran del todo merecedoras de un amor sincero y tuvieran que ganarselo y atravesar mucho dolor para poder llegar a él.
El director encara la trama entrando por un lado que puede llegar a todos sus espectadores. Empieza por lo cotidiano, mostrando lo poco diferente que es (o debería ser) la vida de alguien como Marina. Hasta que la realidad pega. Se levanta el telón de la ilusión y ella empieza cantar; a contar la verdad que la rodea. Saca a relucir como, en el caso de las disidencias, un mismo conflicto puede desatar un nivel de violencia dirigida hacia elles mucho más grande que el que recibiría otra persona. Nos recuerda que, al fin y al cabo, es una mujer segura de su identidad, que no tiene problemas con quien es, pero que vive en un mundo hostil en el que ser quien es todavía le puede traer problemas externos.
Verlo así puede ser considerado ponerle una cucharada de azúcar a algunas realidades crudas que muestra la película, pero no es para desestimar. Es más, Lelio realiza un acercamiento a la realidad del espectador promedio bien logrado, mostrando a las personas trans como lo que son: personas como todas las demás, que merecen pleno reconocimiento de sus derechos.
También resulta indispensable nombrar que el personaje de Marina, es interpretado por una mujer trans, algo que no siempre suele suceder y que perpetúa la marginación de esta disidencia al sacarles los puestos de trabajo. Sobre todo en aquellos que podríamos considerar obvios, como lo es poder representarse en la ficción. Que éste escenario haya llegado a los Oscars es una victoria muy importante para el movimiento trans ya que le da visibilización a una lucha con la persona correcta como vocera. Esto significa que, tal como lo hace Marina en la película, están tomando los espacios que les pertenece ocupar.
Ficha técnica: Una mujer fantástica
País: Chile
Año: 2017
Género: Drama, cine LGBT
Duración: 104 minutos
Idioma: Español
Dirección: Sebastián Lelio
Protagonistas: Daniela Vega, Francisco Reyes
Producción: Juan de Dios Larraín, Pablo Larraín, Sebastián Lelio, Gonzalo Maza
Guión: Sebastián Lelio, Gonzalo Maza
Música: Matthew Herbert
Fotografía: Benjamín Echazarreta
Montaje: Soledad Salfate
Productora: Fábula, Komplizen Film
Distribución: Sony Pictures
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