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The Witcher, ¿el sucesor de Game Of Thrones?

La plataforma digital Netflix recibirá a fines del 2019, una adaptación de la novela más popular de Andrzej Sapkowski (La Saga De Geralt De Rivia o La Saga Del Brujo).


El inicio de la obra de Sapkowski, oriundo de Polonia nacido un 21 de junio de 1948, data de 1993 con la publicación de El último deseo, el primer libro de su novela, y dando punto final en 1998 con La dama del Lago. Sin embargo, el autor regresó a su mundo de ficción en el 2013 con la publicación de una precuela titulada Estación de Tormentas.


Si bien las piezas literarias de Sapkowski no gozaron, en un principio, de una popularidad apabullante, el reconocimiento por sus libros fue incrementando, poco a poco, que culminó en 2007 con la “adaptación” de su obra en formato de videojuego, y dió lugar a una trilogía que formará gran parte de la fama adquirida en los últimos años. Actualmente, la adaptación en formato de serie busca hacerse un lugar en el mundo cinematográfico.


Tanto La Saga Del Brujo como Game Of Thrones comparten un contexto medieval-mágico. Más allá de esto, se puede afirmar que la obra de Sapkowski cuenta con un repertorio de personajes mucho menor cuantitativamente, algo que bajo ningún concepto debe ser considerado como negativo. Un grupo reducido de personajes se trasluce en una elaboración más profunda sobre cada uno de ellos, en una transformación casi completa de sus personalidades. Se podría decir, incluso, que el lector acompaña, con su mirada y consentimiento, “el abanico” de pensamientos y acciones que mueven a los protagonistas, que se encuentran en constante cambio.


Si bien con un repertorio de personajes pequeño la serie no podría permitirse una constante masacre de protagonistas, como lo es el caso de Game Of Thrones, la novela de Sapkowski cuenta con rasgos indiscutiblemente oscuros. Dicho esto, a pesar de que la historia transcurra en un mundo que a primera vista parecería ser totalmente ajeno, los temas discutidos y denunciados que presenta la obra resultan indudablemente actuales y familiares. Como lo son las guerras entre naciones, luchas y abuso de poder, racismo, xenofobia, el machismo y la misoginia. Por último, se encuentran también guiños constantes tanto a acontecimientos históricos de nuestro mundo, como a fragmentos de obras literarias populares. Cabe destacar que la novela de Sapkowski cuenta con un mundo donde se cree que las mayores atrocidades solo pueden ser obra de lo desconocido o ajeno al “reino de la humanidad”. Sin embargo, una variedad de escenarios demostrará, tanto al lector como a los personajes, que la crueldad y la maldad pura provienen, en la mayoría de los casos, de los propios humanos.

Ilustración: Denis Gordeev

Otro aspecto para tener en cuenta es el rol protagónico que cubre el “destino” en ambos mundos ficticios. Si bien esta temática forma parte de la fisonomía de ambas piezas, la forma de abordarla resulta diferente. Sapkowski considera al destino como un trayecto, definido pero sin un camino delineado, el cual solo ocurre si se actúa sobre él. Numerosos escenarios demostrarán que el destino no es algo que simplemente ocurre, sin importar la dirección que se tome. Se requiere “algo más”. Es necesario que los protagonistas marquen sus propias acciones sobre ese trayecto que parece ser inminente, solo ellas marcarán el futuro de cada uno de ellos. La serie televisiva de Game Of Thrones, por su parte, muestra que el futuro de los personajes es inevitable, las acciones que ocurran a lo largo del camino son, y serán, irrelevantes. Su destino está tallado en piedra.

Un último aspecto que merece ser destacado es la similitud de personalidades entre los protagonistas de La Saga del Brujo y Game Of Thrones. Personajes como Geralt de Rivia, a quien se lo podría considerar como una mezcla de valores entre Jon Snow y Sandor Clegane, que si bien en apariencia muestra una naturaleza tranquila, y por dentro humana, su temperamento contrarresta significativamente, transformándose, de un instante a otro, en un carnicero. Por su parte Cirilla de Cintra, personaje sobre el cual girará el eje de la historia, es sin duda alguna, una versión alternativa de Arya Stark: nacida en la realeza, familia genética masacrada, entrenada rigurosamente con el fin de defenderse contra el mundo, transformada en una asesina sin escrúpulos de agilidad felina, y concluyendo en una búsqueda de identidad y propósito. La única diferencia con Arya es, como si fuera poco, que Cirilla tiene acceso a determinados elementos de la magia y hechicería. Mientras tanto, la personalidad de Yennefer de Vengerberg es la que más se asemeja a la de Cersei Lannister. Ambas de carácter frío y astuto, pero la sed de venganza de Cersei será reemplazada por el rencor eterno de Yennefer hacia el mundo, y los sacrificios por aquellos a quienes ama serán de igual o mayor proporción. Su diferencia es su origen: una de la realeza, la otra de los estratos más bajos de la sociedad y, sin embargo, una de las hechiceras más destacadas de la época.


Se puede afirmar, entonces, que las temáticas oscuras y, desgraciadamente creíbles, junto con la similitud de valores entre los protagonistas de ambos mundos ficticios, más el trayecto de los mismos, tanto literal como metafórico, y la presencia de verdaderos baños de sangre, hacen que La Saga De Geralt De Rivia sea la sucesora perfecta de Game Of Thrones.



Por Francisco Martinez

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