top of page

Rincón efímero Vol. II

Por Gabriela Dall Acqua


El tiempo se nos escurre lentamente, como gotas insurrectas. Pensar el ahora como un arte incómodo que nos convierte en observadores constantes de pensamientos culturales, artísticos y estéticos.


El lenguaje audiovisual puede repensarse en la contemporaneidad como obras reflexivas y

astutas que se complementan con nuestras interpretaciones. Es el costado dulce del cine. Depende de nosotxs, los destinatarixs, convertirlo en obra de arte.


Hace unos años, el cine argentino cobró protagonismo y reconocimiento a nivel mundial. Directores y guionistas nacionales comenzaron a ser distinguidos en diferentes partes del mundo. Dentro del país, el INCAA fomenta proyectos en distintas provincias (como por ejemplo Santiago del Estero Film Fest) y avizora augurios para el repertorio cinematográfico nacional.


En este volumen de Rincón efímero, la mirada está puesta en el cine tucumano. En conversación con el director cinematográfico Agustín Toscano analizamos su arte y su narrativa, y las recomendaciones que se desprenden de esa entrevista pueden encontrarse en Cine.Ar: El motoarrebatador y Los dueños son dos películas del cine nacional que nos invitan a pensarnos como artesanos de nuestras acciones y que junto a ellas elegimos tal o cual cosa. Y todo lleva una consecuencia. ¿Y si nos equivocamos entre tanto camino que marcamos? ¿De quién depende el perdón?


Esta selección de películas se relaciona con la reivindicación del andamiaje cultural y estético del arte audiovisual nacional. A su vez, ofrecen un repaso crítico sobre la sociedad. En el caso de Los dueños (2013), co-dirigida con Ezequiel Radusky y con interpretaciones de Rosario Bléfari, Germán Da Silva y Liliana Juárez, el foco está puesto en la propiedad física, corporal, espiritual. La honestidad y los valores se mezclan y se reconstruyen con la lógica del sistema económico.


En El motoarrebatador, (con producción de Diego Musaluppi y actuación de Sergio Plina, Liliana Juárez, León Zelarrayán, Daniel Elias y Pilar Benitez Vivart) en cambio, la mirada es intimista y radica en el arrepentimiento y la culpa de un acto individual que desencadena en una historia de perdón y reinvindicación. Esta vez, las obras pueden abordarse como un acercamiento a nuestros actos individuales que, inevitablemente, repercuten en un otrx.



La sociedad estigmatiza, resuelve y, a veces, perdona. Reivindicarnos, reinventarnos, revivirnos. Es en cierta medida, con carga poética y estética, lo que nos ofrece Agustín Toscano en cada una de sus películas.


21 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page